miércoles, 5 de agosto de 2015

#UnidadPopularVaMasLejos

LA UNIDAD HACE LA FUERZA


La unidad popular ha sido, desde siempre, consustancial a la construcción del sujeto de cambio histórico y la política de alianzas el instrumento imprescindible para avanzar en la transformación social.
La creación de un sujeto de cambio histórico amplio e interclasista, no sólo no es extraña a la tradición comunista, sino que forma parte de nuestro ADN y de nuestra mejor historia. Hemos demostrado sobradamente nuestra capacidad para poner en marcha proyectos unitarios que han trascendido a la clase trabajadora en todas sus luchas. Lo que sí es ajeno a nuestra tradición y nuestra cultura es el sectarismo y el repliegue identitario que nos deja desarmados y entregados frente al bipartidismo.
Ahora, como en otros momentos históricos, la profundidad y extensión de la crisis, la agresión a los trabajadores, clases medias, pequeños y medianos empresarios, etc. por parte del régimen bipartidista PP-PSOE y sus políticas neoliberales, al dictado de la troika, es tal, que ha creado las condiciones para la construcción de un sujeto popular mucho más amplio que la clase obrera tradicional.
La lucha contra la corrupción y los múltiples problemas derivados de la deuda son cuestiones que la clase trabajadora ya ha entendido y que permiten enfrentarnos a la oligarquía, pero esto no puede hacernos olvidar que el neoliberalismo ha construido una nueva hegemonía social que ha influido de manera determinante en la conciencia de los trabajadores, creando un fuerte consenso en torno a sus valoresEl combate que se ha de librar en ese terreno cultural es decisivo.
La mayoría social que ha de conformar ese sujeto de cambio necesita convencerse de que el sistema con sus políticas neoliberales ni puede ni quiere dar respuesta a sus demandas de bienestar y dignidad, que sólo es capaz de garantizar pérdida de empleo, precariedad laboral, reducción de pensiones, licenciados emigrados, funcionarios con peores condiciones laborales, preferentistas, desahuciados, deterioro de la sanidad y de la enseñanza pública, etc. Es decir, una sociedad degradada en la que se institucionalice la pobreza y la desigualdad.
Estamos inmersos en un ciclo electoral que empezó con las elecciones europeas de 2014 y que ha de culminar a finales de este año 2015 con la convocatoria de elecciones generales. Este proceso puede resultar crucial para el cambio social y político en nuestro país, para infligir una derrota electoral total o parcial al bipartidismo, contrarrestar las políticas dictadas por la troika, clausurar el régimen del 78 y abrir un proceso constituyente que haga retroceder al neoliberalismo y sancione una nueva relación de fuerzas en la sociedad.
Es un hecho que los comunistas, militantes o no del PCE, hemos tenido una parte fundamental en todo el proceso de repolitización de la sociedad española: los instrumentos políticos pueden variar pero la lectura marxista de la realidad no. La visión y la propuesta alternativa al sistema, en el actual momento de la lucha de clases, es, con matices, prácticamente la misma: acabar con el bipartidismo y el régimen salido de la transición, apertura de un Proceso Constituyente y “un programa de emergencia” destinado a los más golpeados por las políticas de recortes.
Izquierda Unida tiene que dar por cerrado el ciclo histórico que la puso en el mapa: tiene que construir algo nuevo, algo superior que trascienda a la actual división de las organizaciones políticas transformadoras realmente existentes. Izquierda Unida aporta organización, experiencia y miles de cuadros valiosos en todo el Estado, ese es un patrimonio que nadie puede negarle.
Las múltiples candidaturas de unidad popular surgidas por toda nuestra geografía con motivo de las últimas elecciones municipales y autonómicas y su éxito indiscutible demuestran que la unidad popular ha calado en la gente como una necesidad, no sólo de autodefensa, sino para dar un vuelco a la situación y propiciar un cambio sustancial y no cosmético del sistema.
La comprobación práctica por parte de la sociedad civil en lucha de que no bastaba con estar en las calles, sino que también había que tomar las instituciones, es lo que ha llevado a la formación de las CUPs y ha dado origen a los diferentes procesos de convergencia en todo el Estado.
Aunque las elecciones municipales y autonómicas ya hayan tenido lugar, deshacer las CUPs y demás plataformas electorales unitarias, que en la mayoría de los casos han requerido un gran esfuerzo y salvar numerosos obstáculos, constituiría un error político-estratégico de primera magnitud.
Lo coyuntural ha sido la participación en el proceso electoral, pero lo verdaderamente relevante ha sido, y es, que la gente que llevaba tiempo movilizada en calles y plazas, en mareas, en el activismo social y político, etc., haya hecho un esfuerzo colectivo por llegar a acuerdos, celebrado múltiples asambleas, infinitos debates, creado organización, elaborado programas, hecho campaña, solucionado los problemas de índole burocrática y logística, difundido sus propuestas políticas entre la ciudadanía, celebrado numerosos actos públicos, manifestado la voluntad decidida de intervenir en la gestión de lo común a pesar de las diferencias y, sobre todo, la comprensión de que ya no es posible votar cada cuatro años y marcharse a casa, sino que somos los ciudadanos los que tenemos que organizarnos para defender lo que es nuestro; es decir, el pueblo ha reclamado protagonismo y ejercer su poder de manera cada vez más directa.
Por todo lo anterior, y en espera de las próximas y fundamentales elecciones generales, lo que toca ahora es consolidar las instancias unitarias de distinto género que dieron lugar a esas candidaturas populares, seguir unidos en la acción, profundizar en el debate y la organización, no dejar solos a nuestros representantes para que se visualice y se sienta que son eso, nuestros representantes, pero que el poder es del colectivo, de las asambleas, de las instancias unitarias abiertas a todos, de los ciudadanos movilizados.
Es también el momento, aún estamos a tiempo, de que todos revisemos autocríticamente cuáles han sido los errores y cuáles los aciertos de las diferentes opciones para hacer posible que, de manera inmediata, nos pongamos manos a la obra en la construcción de una mayoría social con voluntad de ser sujeto del cambio histórico que las clases populares están demandando, y así poder desplazar al bipartidismo, desactivar las políticas neoliberales y dar paso a cambios constituyentes
Agrupaciones del PCM – PCE de Moralzarzal, Collado Villalba, Colmenarejo y San Lorenzo de El Escorial




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