Llevamos años
bajo el duro ataque neoliberal hacía nuestros derechos. Hace años en el entorno
de la izquierda considerarse anticapitalista era casi minoritario y te
calificaban como de nostálgico. Ahora es evidente que bajo el capitalismo no
hay futuro para la clase trabajadora y que tenemos que construir la
alternativa.
En los últimos
meses hemos sufrido un reflujo de movilizaciones. La famosa manifestación de
Juventud Sin Futuro en la que nació el 15M fue un verdadero golpe de optimismo
y de ilusión para todos nosotros, vimos como nuestras plazas se llenaban de
personas indignadas, de personas que querían cambiar este sistema y que se
enfrentaban con desobediencia civil a este régimen.
Desde entonces
algunas movilizaciones han conseguido levantarnos esa ilusión. Puedo recordar
por ejemplo las movilizaciones por la educación o la sanidad pública, la PAH
como referente de lucha, las marchas de los mineros o recientemente la huelga
de los barrenderos de Madrid.
Todas estas
luchas nos han ilusionado y han buscado la unidad, esa palabra tan buscada, tan
bonita y tan complicada de conseguir.
El próximo 23 de
Noviembre se celebran manifestaciones por todo el país, esperemos que sea un
inicio de movilizaciones, de construcción y de ilusión. Nos jugamos mucho, nos
han quitado mucho y nos pretenden quitar más así que el próximo sábado tenemos
que tomar las calles para unir, para luchar, para enfrentarnos a este régimen y
para empezar a creernos lo del proceso constituyente.
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