viernes, 2 de septiembre de 2011

Contra el Reformazo. #yoquierovotar


¿En qué consiste la reforma de la Constitución?
Consiste en impedir prácticamente que haya déficit público y en dar
prioridad absoluta al pago de la deuda. Sin déficit será difícil que se pueda
crear empleo público, que haya obras públicas que duren varios años o que
tengas acceso a la educación y la salud gratuitas y de calidad. La prioridad
de la deuda quiere decir que ésta se pagará siempre antes que una pensión
o que una factura de un trabajo hecho para la Administración Pública.

¿Por qué se quiere imponer ahora?
Porque responde al acuerdo entre conservadores y socialistas plasmado en la
Unión Europea para imponer políticas neoliberales que sólo favorecen al
capital financiero (los bancos, los seguros, los grandes inversores y
especuladores: esos son los mercados). Es el llamado consenso de Bruselas,
que se quiso imponer con la Constitución Europea. Franceses e irlandeses
votaron en contra. En España, IU pidió el voto NO.
El capital financiero quiere asegurarse que va a cobrar el dinero que presta
por encima de cualquier otra cosa. Pero la parte más importante de esa
deuda se ha originado, precisamente, por ayudar a los bancos y al resto del
capital financiero.

El Banco Central Europeo que está actuando como una auténtica cooperativa
de defensa de los intereses financieros privados, impone medidas de recorte
del gasto púbico para que exista mayor cantidad de recursos disponibles
para las instituciones financieras que, además, reciben créditos a muy bajo
interés. Nada de lo que se está haciendo en Europa ayuda a salir de la crisis
y si a salvar a los bancos de sus problemas, que ellos mismos han generado.
El recorte del gasto es la única obsesión. Es verdad que el gasto público hay
que racionalizarlo para que sea más eficiente, pero se necesita más y mejor
gasto público para salir de la crisis y estimular la economía.

¿Qué consecuencias económicas tendrá?
Los déficits son necesarios y son una buena herramienta de política
económica. De hecho, todos recurrimos a él cuando hemos comprado un
piso o un coche, que no podemos pagar al contado.
Los Estados utilizan el déficit especialmente en las épocas de crisis para
ayudar en la creación de empleo, mejorar las infraestructuras, desarrollar los
servicios educativos y sanitarios, hacer inversiones a largo plazo en desarrollo
científico y tecnológico, proteger el medio ambiente (piénsese, por ejemplo,
en cuanto tiempo tarda en ser rentable una repoblación forestal).
España tiene un gran retraso en algunas infraestructuras, en servicios
públicos, en atención a la dependencia, en I+D+i, en protección del medio
ambiente, en políticas de empleo. Por eso es necesario el déficit.

¿Cómo se paga el déficit?
Cuando el Estado necesita gastar más de lo que ingresa durante unos años se
puede recurrir a varios mecanismos. Uno de ellos es imprimir más dinero, como
hace la Reserva Federal de Estados Unidos. Pero España no puede hacer eso
porque está en el euro y la impresión del dinero depende del Banco Central
Europeo.
Se puede también emitir deuda, mediante la forma de letras, obligaciones o
bonos. Los inversores la compran y reciben un interés. Ocurre que los inversores
(muchos de ellos instituciones financieras salvadas con el dinero de todos
nosotros), con la lógica del capitalismo, quieren cobrar los mayores intereses y
para lograrlo especulan para debilitar la confianza en un país y por tanto su deuda.
Pero el problema de España no es la deuda pública, sino la privada y el hecho
de que el Estado está avalando la deuda de los bancos. Es decir, hay inversores
que especulan contra la deuda española que el Estado tiene que poner en el
mercado precisamente para ayudar a esos inversores.

¿Y no se puede reducir el déficit de otra
manera?
Por supuesto que sí, pero se oponen a ello el capital
financiero y las grandes empresas. La forma es
aumentar los ingresos.
Por ejemplo, el objetivo de déficit del Gobierno para
este año es que no supere el 6,2% del PIB.
Pues bien, la lucha eficaz contra la economía sumergida y el fraude fiscal
podría reportar 7% del PIB; eliminar los regalos fiscales a los más ricos,
según el FMI, reportaría 4% del PIB, acabar con subvenciones y exenciones
a empresas e instituciones, más del 5% del PIB.
Si a esto añadimos mayor justicia fiscal, que las rentas del capital tributen
como las del trabajo, que los más ricos paguen más impuestos y que las
grandes empresas estén más gravadas que las pequeñas, el déficit estaría
controlado sin necesidad de ningún recorte.

¿Y la democracia….?
Junto a los de abajo, la democracia es la principal víctima de esta situación.
El Parlamento se ha colocado al servicio de los mercados y estamos ante un
auténtico Golpe de Estado económico y social. El consenso constitucional
que alumbró una Constitución que no cerraba las posibilidades de políticas
progresistas ha sido roto por los patrocinadores de esta reforma. Las medidas
que favorecen el Estado del Bienestar han sido expulsadas de la
Constitución.

Referéndum ya !

El caso de la familia poco feliz
PP y PSOE suelen utilizar la frase de que no podemos gastar lo que no
tenemos y siempre ponen el ejemplo de una familia. Pero es un mal
ejemplo: ni el Estado funciona como una familia, ni la familia de la
que hablan es la verdadera. En la auténtica familia del cuento español
hay un hermano con enormes deudas de juego y que derrocha el dinero
(es nuestro capitalista financiero). Para pagar sus deudas y alimentar
el tren de vida del hijo favorito, el padre y la madre (PP-PSOE) han
decidido que otro de los hermanos abandone sus estudios, no avalar el
crédito para que compre su piso otro hermano que trabaja con un
salario bajo y no pedir un pequeño crédito al banco para ayudar a la
hija en paro para que pueda montar una peluquería.

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