El Ejército de Estados Unidos ha asesinado a Osama Bin Laden en Pakistán y todos los países “democráticos” andan de fiesta ante tal hecho.
El ver las imágenes del Gobierno de Estados Unidos y viendo por la televisión el operativo militar como si fuera un partido de la NBA debería avergonzar a alguien pero el asesinato se celebra sin entrar en cuestiones morales.
Da la sensación que este operativo mediático se produce para contribuir a un mayor apoyo al Premio Nobel de la Paz. La población de Estados Unidos se han lanzado a aplaudir esta acción, sedientos de venganza tras el 11-S y influidos sin duda por los grandes medios de comunicación.
¿Por qué asesinar de esta manera de Bin Laden?, aparte de por el golpe mediático de una operación digna de una película de Hollywood habría que preguntarnos que habría dicho Osama Bin Laden en un juicio. ¿Hablaría del apoyo de Estados Unidos en sus comienzos como líder terrorista?, ¿hablaría de quién estaba detrás del tráfico de drogas en Afganistán? Estas cuestiones podrían ser delicadas para el gobierno de Estados Unidos al cual parece que no ha puesto mucho intereses incluso en sacar potencial información a un preso como sería Bin Laden.
Con esta operación hemos dado un paso mas hacía una situación de torturas, de impunidad, de asesinatos, de terror…
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3 comentarios :
Totalmente de acuerdo. No podemos justificar un asesinato en base a otros tantos. Desde hoy el mundo es menos seguro. Los Estados Unidos son un fascismo maquillado de democracia y la libertad una falacia. Apoyaron dictaduras bananeras, defienden el tráfico de armas y de droga y son unos hipócritas.
De todas las barbaridades conspiranoicas que he leido ultimamente, tu razonamiento es el mas absurdo. ¿Acaso crees que a Bin Laden le hacia falta un juicio para hablar?¿Te crees que estos 10 años ha estado callado?¿No te has enterado aun de que cada palabra que ha eviado a Al Jazeera este hijodeputa ha salido luego en todos los medios de comunicacion del mundo?¿Pero tu en que planeta vives?
Totalmente de acuerdo contigo. Apresar al supuesto mayor terrorista del mundo es el deseo de toda agencia de inteligencia. Los datos que se pueden obtener de él serían inmensos. Al-Qaeda podría tambalearse. Pero no, se prefiere matarlo y arrojarlo al mar.
No hay más que ver el Most Wanted del FBI, donde aparece Bin Laden y donde no se especifica su conexión con el 11S por falta de pruebas.
Osama Bin Laden (Tim Osman para la CIA en los 80) fue un hombre que pasó un tiempo en Los Angeles con apoyo operativo de la CIA donde consiguió armamento y financiación por parte del Ejército norteamericano para luchar contra los soviéticos. Los mujaidines árabes, considerados Al-Qaeda hoy día fueron unos hombres financiados y armados por Estados Unidos. Y Bin Laden, hombre de conexión con la CIA. Esto, sacado de documentos desclasificados del FBI es lo que se sabe oficialmente. Y otras muchas cosas.
Luego quedan otras muchas preguntas sin respuesta. Quizá nos las podría haber resuelto Bin Laden en un juicio. Un país que se considera una nación donde impera la ley no puede asesinar a un terrorista en un país extranjero. El juicio es un derecho para todos, sin exclusión.
No estaría de más escuchar a Beznair Buttho (pocas semanas antes de ser asesinada), a Steve Pieczenik (miembro del Consejo de Relaciones Internacionales de Estados Unidos) o a la mismísima Madeleine Albright (antigua Secretaria de Estado del Gobierno de Estados Unidos), entre otras personalidades, cuando afirman públicamente que Osama Bin Laden murió en 2002. Todo lo que ha venido después no ha sido sino una mera deformación de la realidad para ganar votos y adeptos a la causa, la llamada Guerra del Terror. Así puede entenderse que la primera vez en la que Bin Laden admite que él ordenó los atentados sea en un vídeo justo 6 días antes de las elecciones de 2004. Un video que suscitó mucha polémica por el aspecto tan raro de Bin Laden, como admitió su propio hijo.
Eran muchas las preguntas. Ahora, después de esta operación al más puro estilo de Jack Bauer en 24, las incógnitas son aún mayores. O quizá no, quizá esto no sea más que una muestra definitiva de la gran mentira de Osama Bin Laden.
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