jueves, 16 de abril de 2009

Pepe Blanco y Esperanza Aguirre se quieren

Primero el PSE y el PP empezaron a vivir una historia de amor y ahora el nuevo ministro de Fomento contenta con sus ideas a la propia Esperanza Aguirre.
Después de la reunión de ayer el Gobierno se ha comprometido con la Comunidad de Madrid a realizar obras polémicas como el aeropuerto de El Álamo o al cierre de la M50.Al final echaremos de menos a Maleni porque el cambio de caras en el Gobierno parece que también tendrá un nuevo giro a la derecha.
El PSOE además pretende salir de la crisis con un Plan de Infraestructuras con obras con poca utilidad social pero con enorme impacto medioambiental.
Al final el Gobierno esta dando salida a los proyectos especulativos que tiene Esperanza Aguirre.
Os dejo un interesante ocmunicado de Ecologistas en Acción sobre el Plan de Infraestructuras :


El timo de las infraestructuras




El Gobierno central persiste en su idea de dedicar grandes inversiones a las infraestructuras, sobre todo autovías y líneas de AVE, para reactivar la economía. Las grandes empresas de la construcción presionan para que se aceleren, aún más, tanto los proyectos como el volumen de fondos públicos. Para Ecologistas en Acción, desde todos los puntos de vista –crisis económica, escasa generación de empleo, costes de oportunidad, cambio climático, etc.– estamos ante un descomunal engaño que sólo cabe calificar como el “timo de las infraestructuras”.

Si las virtudes que le asignan el Gobierno y las mayores constructoras, Seopan, a las grandes infraestructuras de transporte fueran ciertas (enorme generación de empleo, dinamización económica…), la situación en España debería ser muy distinta a la que es. Efectivamente, puesto que somos el país europeo con más kilómetros de autovías y autopistas –y en 2012 seremos el que cuente con la mayor red de alta velocidad ferroviaria del mundo–, no deberíamos tener una tasa de paro tan alta y la crisis apenas debería notarse… salvo que las cosas no funcionen del modo que nos dicen.

Todo parece indicar que es así. Multitud de estudios concluyen que a partir de un cierto umbral en la dotación de grandes infraestructuras –que en España hemos superado de largo–, cualquier inversión en nuevas obras puede ser contraproducente para el desarrollo desde una estricta visión economicista, sin hablar de su impacto ambiental y social.

En este sentido, uno de los estudios más relevantes es el informe del grupo de asesores creado por John Major en los años 90 para evaluar un plan de construir 500 nuevas carreteras en Reino Unido. Este grupo, conocido por sus siglas en inglés, SACTRA, publicó en 1999 Transport and the Economy, donde analizaba la relación entre el crecimiento de la economía y las grandes infraestructuras de transporte en todos los países desarrollados. ¿El resultado? Gran parte de las tópicos sobre estas obras –que generan riqueza y empleo, por ejemplo– por los suelos. El plan de 500 carreteras se quedó en sólo 37.

Ante estos análisis, los planes del Gobierno no se pueden considerar sino un brutal despilfarro. Así, la estrella de los presupuestos de 2009 son las autovías, que se llevarán una tajada de 5.636 millones € (16% más que en 2008), seguidas muy de cerca por el AVE, con 5.629 millones € (21,6% de aumento). En total, el presupuesto para infraestructuras de 2009 asciende a 19.271 millones €, un 7,5% más que hace un año. Y si a esto le añadimos la pretensión de Seopan de incrementar en 11.000 millones de euros la inversión en 2009 y 2010, nos encontraremos con un despropósito de dimensiones descomunales.

Es claro que necesitamos inversiones en transporte, pero ni mucho menos las que se están planteando. Necesitamos mejores servicios de transporte, no más autovías. Nos hace falta un mejor ferrocarril, no un tren elitista que sólo tenga parada en grandes poblaciones. Necesitamos buenos servicios de cercanías ferroviarias, no más y más anillos de circunvalación. Urge poner en práctica planes de movilidad sostenible, no más listas de infraestructuras.

En los tiempos que corren, con la crisis financiera y económica, con el cambio climático manifestándose cada día con más crudeza, con las crecientes dudas sobre el suministro de petróleo en un futuro cercano, con problemas muy serios de contaminación del aire, de fragmentación del territorio, de pérdida de biodiversidad… nuestra política sigue siendo la misma de siempre, más cemento pase lo que pase.

A pesar de nuestra sobredotación de infraestructuras de transporte, seguimos invirtiendo en ellas una cantidad de fondos brutal. Por el contrario, todos los indicadores señalan que estamos a la cola de los países de nuestro entorno en recursos y servicios de sanidad, educación, atención social, investigación, etc. pero éstos, más allá de los discursos, no tienen prioridad presupuestaria alguna. Sin embargo, son precisamente estos sectores en los que es posible crear más empleo sin impactos ambientales y con un gran beneficio social.

No hay duda. Para Ecologistas en Acción estamos ante una nueva versión, corregida y ampliada, del timo de las infraestructuras de transporte que hemos venido sufriendo desde hace años.

1 comentarios :

Anónimo dijo...

Cierre de la M-50: un despilfarro contraproducente
Ecologistas en Acción denuncia el engaño y el despilfarro que supone cerrar la M-50 para solucionar los problemas de congestión del tráfico. La experiencia demuestra una y otra vez que estas ampliaciones de viario sólo aumentan el problema a medio plazo. Pero, más allá de falsas promesas, nadie ha aclarado cómo se financiará una obra tan cara como ésta. Para Ecologistas en Acción la única estrategia posible para contener la insostenibilidad del transporte pasa por la moratoria en las nuevas carreteras y por la puesta en práctica de un plan de movilidad sostenible.
Una vez más, los políticos de turno nos encandilan con nuevas promesas de infraestructuras viarias para garantizar la fluidez del tráfico. Una quimera, pero tremendamente cara y destructora del medio ambiente. Lo mismo ocurrió con la construcción de la M-40, con la M-45, con las radiales, con la ampliación de la M-30… Siempre la promesa de que se solucionarían los atascos, pero con una realidad terca demostrando día a día que no es así.
Y es que, como bien saben los expertos en transporte, el punto de equilibrio de toda nueva vía es la saturación. Es decir, cada nueva carretera o autovía que se abre en una zona tan saturada como la Comunidad de Madrid tiene un “efecto llamada” que hace que se generen nuevos atascos, pero con un tráfico incrementado por el aumento de capacidad que supone la nueva carretera.
En este sentido, la estrategia para luchar contra los atascos debe ser justo la contraria: no ampliar el viario y apostar sin fisuras por el transporte público. Así, llama la atención de que al mismo tiempo que se da vía libre al cierre de la M-50, no haya ningún compromiso concreto para la realización de los carriles bus-VAO en las principales vías de acceso a Madrid. Y eso que el único carril con estas características, el de la A-6, inaugurado en 1995, ha dado muy buenos resultados.
Lo único positivo de la reunión entre la Presidenta regional y el Ministro de Fomento ha sido la enésima promesa de poner en marcha el plan de cercanías. Ya iba siendo hora. Mientras desde 1995 apenas se ha incrementado en unos pocos kilómetros la red de cercanías, la red de autovías se ha más que duplicado, superando ya los 1.000 km. No es de extrañar, por tanto, que desde la última encuesta de movilidad, la de 2004, se haya constatado que en la Comunidad de Madrid ya se realizan más viajes en automóvil privado que en transporte público.
Pero, más allá de los anuncios rimbombantes de nuevas infraestructuras, la reunión de Aguirre y Blanco deja varios asuntos muy relevantes en el tintero:
- ¿De dónde saldrá la financiación para el cierre de la M-50? Hablamos de más de 2.500 millones de euros que nadie ha explicado de dónde se obtendrán.
- ¿Qué viabilidad económica tiene el aeropuerto privado que se plantea en El Álamo-Navalcarnero? Ahí está el reciente y ruinoso ejemplo del recién inaugurado en Ciudad Real. Un aeropuerto, por cierto, con importante financiación de la intervenida Caja Castilla-La Mancha, por lo que, una vez más, al final resulta ser sufragado por el sufrido contribuyente.
Para Ecologistas en Acción, la situación del transporte en la Comunidad de Madrid es tremendamente insostenible y grave. La única estrategia para revertir esta situación pasa por la realización de un plan de movilidad sostenible y por la moratoria en la construcción de nuevas autovías, pues lejos de solucionar el problema del tráfico equivalen a echar más gasolina al fuego.