Esta mañana he tenido un mal desayuno. He desayunado mientras veía el reportaje de El Pais sobre el vídeo tomadas en el Metro donde se ve el asesinato al joven antifascista Carlos Javier Palomino.
Estamos acostumbrados a todo tipo de situaciones violentas en nuestras vidas. Vemos violencia en los medios de comunicación o asistimos a situaciones de violencia en nuestra vida diaria.
Pero tengo que confesar que me ha chocado mucho el ver como un fascista robo la vida de esa forma a Carlos. Ver su puñalada asesina y como sabia donde apuñalar. Ver su chulería y sus gestos nazis. Y sobre todo ver la impotencia de los compañeros de Carlos que veían como habían perdido a su compañero de esa manera.
Los jóvenes que iban a asistir a protestar contra la manifestación de Democracia Nacional iban por primera vez con silbatos. Simples silbatos para denunciar una manifestación fascista en un barrio obrero y con inmigrantes.
Los grupos neonazis enseguida salieron diciendo que la versión que se había dado era errónea. Ellos querían ver el vídeo porque según su versión Josue venia de trabajar y tenia un cuchillo porque lo utilizaba para cortar el pan para sus bocatas. Decían que Josue fue atacado por Carlos y el le mato para defenderse. Hemos tenido que quitar de nuestras calles pegatinas donde pedían libertad para el asesino nazi.
Y ahora vemos en el vídeo la verdadera realidad.
Josue,que trabajaba en el ejercito español,tiene que pudrirse en la cárcel. Lo que hizo fue un acto terrorista y se debe perseguir a todos los grupos que le han mostrado su apoyo .
Hoy ha sido un día duro por las imagenes que hemos visto y se que ha sido mas duro para sus compañeros y familiares.
Pero su memoria quedara para siempre y seguiremos respondiendo políticamente a los grupos fascistas.
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Hace 5 semanas
1 comentarios :
Para mi también ha empezado mal el día, con mucha pena. He llorado viendo esas imágenes y eso que no suelo llorar. Me han producido un intenso dolor e indignación. Un chico que empezaba vivir ha sido asesinado por haber elegido luchar contra esas ideologías tan peligrosas, tan intorelables. Yo podría haber sido Carlos hace algunos años cuando iba a las contramanifestaciones en Alemania y nunca se sido violenta, al igual que mis amigos, sino que creíamos en que para que hubiera un mundo mejor había que salir a la calle y demostrarle a esa calaña que estábamos en contra y no mirábamos hacia otro lado. En realidad todo esto no tendría que haber ocurrido si el ayuntamiento de Madrid no lo hubiera consentido.
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